La firma digital, que forma parte de la Ordenanza de Seguridad de las Cajas Registradoras (RKSV) en Austria, es un elemento clave para garantizar que las cajas registradoras sean a prueba de manipulaciones. Se utiliza para registrar y documentar cada transacción en una caja registradora a prueba de manipulaciones.
Es una firma electrónica basada en procedimientos criptográficos. Garantiza que el contenido de un documento, como un recibo o una transacción, no se modifica y es auténtico. Como parte del RKSV, cada transacción de la caja registradora está provista de una firma digital única que no puede modificarse posteriormente.
Cada recibo contiene una firma vinculada a la transacción anterior. Se crea así una concatenación (cadena de firmas) que hace inmediatamente reconocibles las manipulaciones. Si posteriormente se modificara una transacción, esta cadena se interrumpiría, haciendo visible la manipulación.
Las firmas digitales se basan en certificados emitidos por una autoridad de certificación reconocida por el Estado. Cada empresa debe solicitar un certificado de este tipo para sus cajas registradoras. Estos certificados: